jueves, 18 de julio de 2024

ARCHIVOS CULTURALES VESPA (3)

ARCHIVOS CULTURALES VESPA (3)

Vuelvo a la carga con contenidos culturales relacionados con las Vespas. A pesar del transcurso del tiempo, el icono, lejos de consumirse, parece seguir creciendo. Es potentísimo. Infinitamente más que sus motores. Y que conste que esto no es una crítica, pues su potencia es suficiente, y pienso que es la que es, la que ha de ser en cada caso para cada una de ellas.

Esta entrega incluye cine, literatura y vino. Pero antes de empezar, una muestra más del poderío del icono. Recientemente, callejeando por el centro de la ciudad, me topé, en un local preferente de la zona comercial, con una tienda de prendas plumíferas que desconocía. Pensé que debía de ser más bien novedosa. Lo que me llamó la atención fue el logotipo de la marca: la silueta de un joven sin casco conduciendo lo que claramente parece una Vespa. Simpático, vistoso, pero, si tenemos en cuenta lo potente del icono de partida, no demasiado creativo. Puede que haya gente que incluso pudiera criticarlo de arribista. Pero no es un caso aislado. Desde entonces, conocido el logotipo, ya me he fijado en dos amigos que, en distintas ocasiones, vestían sendos plumíferos ligeros de la marca. Tiene gracia porque a ambos, que no tienen relación entre sí, les considero personas a quienes les gusta vestir bien y a la última. Más divertido resulta tener en cuenta que los dos, de jóvenes, fueron propietarios y conductores de Vespas. Y, ya, hilarante del todo, considerar que ya no tienen Vespas, sino ¡tanto uno como el otro! sendos modelos (diferentes) de BMW ninet. Cuando al primero de ellos que vi con un plumífero de los del logo de la scooter le pregunté por la marca, me contestó que, en realidad, hay dos firmas con logotipos similares que están bastante de moda. La que principalmente hace plumíferos, y otra que presenta productos más variados de ropa casual. Ambas han optado por elegir un scooter (que en los dos casos recuerda inconfundiblemente a una Vespa) como emblema de marca. La segunda se llama Scotta 1985. Se trata de una empresa española fundada en 2014. Su logotipo muestra una Vespa sin conductor, dibujada de perfil y mirando hacia la izquierda. La otra marca es JOTT, abreviatura de Just Over The Top. Fue fundada en 2010 en Marsella por Mathieu y Nicolas Gourdikian, y se ve que han tenido éxito ya que, el 31 de enero de 2021, hubo un fondo de inversión (vinculado a LVMH; Louis Vuitton, nada menos) que se hizo con una participación mayoritaria de la marca. Los nuevos propietarios le adjudicaron su dirección a un tal Didier Lalance, antiguo vicepresidente de Lacoste (sí, los del cocodrilo), así que de logos va el juego.

Imagen: centrocomercialgranplaza2.com

Imagen: jott.com

Expuestos dos ejemplos recientes del gancho que la imagen de una Vespa genera en emprendedores y consumidores, no es de extrañar que su estampa haya sido utilizada como emblema de una infinidad de productos. Es el caso de algo que me encontré, en mucha menor escala, en cierta ocasión en que deambulaba por Galicia. Andábamos comprando algo de vino en un pueblo de Lugo y, en un pasillo de expositores, me llamó la atención una vitola con un dibujo de un señor conduciendo una Vespa. La imagen tenía un estilo muy de cómic. Me gustó. Al cabo de un rato, en otra sección de vinos, encontré otra vitola similar, mismo conductor, pero diferentes colores. Más tarde, indagando un poco, me enteré de que aquello se correspondía con una gama de vinos de un productor gallego. No es un caso único. Por ejemplo, en Italia, encontramos el Cascina Castlet Vespa Barbera d’Asti. Pero jamás lo he probado, así que vuelvo con los gallegos. Y escribo en plural porque la gama alcanzaba cuatro vinos diferentes (Godello, una Vespa amarilla; Mencía, una Vespa roja; Treixadura, otra azul clara; y Albariño, una azul marino; todas ellas conducidas por un tal Eustaquio), de los que conseguí hacerme con los tres primeros. Provienen de Bodegas O’Ventosela, fundada en 2006. Espero dar cuenta de ellas en compañía, así que ya contaré qué tal resultan.

Vitola del vino Cascina Castlet Vespa Barbera d’Asti. (Imagen: vivino.com).

Temática Vespa para una gama de vinos gallegos. (Imagen propia).
 

Vamos ya con el cine. Una película que ya es clásica y otra contemporánea. La más antigua es Jessica, de 1962. Dirigida por Jean Negulesco y protagonizada por dos actores bastante famosos en su día:  Angie Dickinson y Maurice Chevalier. El francés, bastante más mayor, hace de párroco de un pueblo de Sicilia, lo cual no le impide, como es habitual en sus participaciones cinematográficas, interpretar algunos temas musicales. La cinta, en clave de comedia, cuenta la historia de una matrona de aspecto espectacular (Angie Dickinson) que tiene revolucionado al pueblo con su presencia. Por si fuera poco, sugiriendo modernidad, libertad de movimientos y apertura de mente, se mueve por la isla a lomos de una Vespa. La moto aparece bastante en pantalla, y en todas las tomas rodando de modo muy natural, excepto en un par de ellas en las que se supone que los baches bambolean el pompis de la actriz (esas tomas están claramente rodadas sobre un soporte en marcha, y son las peores). La película no es ninguna maravilla, guion simple e interpretaciones básicas. Lo mejor es la presencia de la Vespa con su hermosa propietaria, así como el mostrar, en las tomas de exteriores, una Sicilia bastante auténtica y primitiva en cuanto a paisaje y paisanaje.

Cartel de la película en dibujo. (Imagen: filmaffinity.com).

 
Otra versión en pintura artística del mismo filme (Imagen: m.imdb.com).

Sexy Angie Dickinson sobre una Vespa diferente a la que protagoniza la película. (Imagen: Time Detective Gallery en ebay.com).

La otra película, la moderna, es Larry Crowne. Nunca es tarde. Un acertado capricho de Tom Hanks en el que ejerce de director y protagonista. Es un largometraje con ciertos aires de cine independiente. La réplica relacional en la trama se la da Julia Roberts. Se estrenó en 2011 y cuenta la historia de un hombre de mediana edad que se queda sin su trabajo (en el que se desempeñaba con gran eficacia y solvencia) porque no tiene estudios superiores. Así que decide matricularse en una universidad pública y, para ahorrar, se compra un viejo scooter de aspecto galáctico (feísimo). A través de la moto, establece contacto con una sana pandilla juvenil de usuarios de scooters. Hay escenas individuales y grupales en motos durante todo el filme. Algunos llevan Vespas clásicas. La película está bien hecha y es entretenida. Nada de violencia, ni dramones. Ni lacrimógenos, ni sanguinarios. Vida cotidiana que, para varios de los personajes, pasa de ser anodina a ilusionante.

Una de las motos utilizadas por el protagonista durante el rodaje. (Imagen: kruseGWSauctions)

«Este polvoriento scooter Yamaha Riva azul de 1981 fue utilizado en pantalla por el actor Tom Hanks interpretando al personaje Larry Crown en la película de 2011 de idéntico nombre. Hubo un total de seis scooters empleados durante el rodaje, montados por Tom Hanks y Julia Roberts, y este en particular es el número 4». (bid.gwsauctions.com, traducción propia).

Julia Roberts y Tom Hanks en una escena de la película. (Imagen: kruseGWSauctions).

«Presuntamente Tom Hanks es un gran aficionado al scooter, y su cariño hacia ellos y lo que representan (libertad, individualidad, economía, amistad) se muestra realmente en la película». (illnoise en 2strokebuzz.com, traducción propia).

Otra escena, ahora grupal, de la película. Vemos Vespas clásicas mezclándose con scooters más modernos. (Imagen: 2strokebuzz.com).

Lo anterior pareció quedar corroborado cuando Tom Hanks fue noticia al vérsele acompañando a su hijo a comprar una Vespa GTS actual. La prensa se hizo eco (y tomó fotos) del actor dándose una vuelta con la moto recién adquirida. Pero más allá de la anécdota de aquel día, si os molestáis en buscar fotos de Hanks en la Vespa nueva, lo encontraréis conduciéndola con varios atuendos diferentes, lo cual parece sugerir que no fue una cosa puntual.

Tom Hanks, en su vida privada, rodando sobre la mencionada GTS. (Imagen: Magdalena Rodríguez Gata en Pinterest. Copyright: exposure).

Y ahora saltamos hacia los libros. Lo vamos a hacer con una mujer española. Toda una referencia de la literatura infantil y de la poesía: Gloria Fuertes.

La trayectoria literaria de Gloria Fuertes no creo que se le escape a nadie en España. Lo digo porque, quien más quien menos, habremos leído o escuchado alguno de sus poemas infantiles. Y como supongo que a quienes nos gustan las Vespas puede que tengamos ya cierta edad, hay probabilidades de que hayamos criado o hayamos sido criados con las rimas de aquella mujer con vozarrón de cazalla. La poeta (creo recordar que la denominación de poetisa no le hacía ni pizca de gracia) tuvo bastante vinculación laboral con Televisión Española. Como ejemplo más notorio de tal colaboración destacaron sus apariciones y textos en el programa infantil Un globo, dos globos, tres globos. Pero Gloria Fuertes también escribió poesía adulta, teatro, etc. Nacida en una familia muy modesta del barrio de Lavapiés, desempeñó diferentes empleos antes de triunfar con la literatura. Fumadora empedernida, podemos considerarla como madrileña castiza de su siglo. De barrios, cafés e incluso de un pueblo. Pese a ello, desempeñó un puesto universitario de prestigio en los EEUU.

«[…] Gloria aprovechó una beca Fullbright de tres años para mudarse juntas a Estados Unidos. Allí trabajó como profesora universitaria de español entre 1961 y 1963. Joan Baez, entonces estrella incipiente del folk, recordaba después lo hermoso que fue verla en un contexto tan distinto al suyo, intercambiando con los jóvenes estadounidenses enseñanzas hippies por lecciones de chotis». (Marian Benito en uppers).

Soltera de por vida, mantuvo primero relaciones con algunos hombres, y más tarde un prolongado idilio y vida de pareja con quien fuera el gran amor de su vida: la hispanista Phyllis Thurnbull. Y durante aquella etapa de su vida surgió el detalle que nos interesa aquí, pues fue cuando su Vespa cobró especial protagonismo.

«Gloria y Phyllis se construyeron una casita en Soto del Real a finales de los 50 y crearon una biblioteca infantil ambulante que hizo las delicias de los niños. Cada mañana, Gloria repartía en su vespa los libros que le encargaban el día anterior. Para los vecinos de esta localidad no había nada extraño en la amistad de dos mujeres que compartían sensibilidades literarias, lo que les permitía caminar de la mano, viajar o incluso hacerse carantoñas en público sin que nadie viese en ello motivo de reproche o censura». (Marian Benito en uppers).

Gloria Fuertes con su Vespa. A juzgar por el bulto de atrás, probablemente ejerciendo de bibliotecaria ambulante. (Imagen: ayto.sotodelreal.es).

Aquí la vemos con otra Vespa diferente. (Imagen: despuesdelhipopotamo.com).

Discreta en lo privado a lo largo de toda su vida, pero sin cortarse ante nadie, aparecía luciendo corbata ocasionalmente. Aunque nacida en una familia muy modesta, no podemos afirmar que fuera pobre (tal como aseguran algunas voces que la han estudiado, probablemente motivadas por ciertos intereses temáticos). Aunque llevara una vida austera y sencilla, resulta que…

«Antes de morir, en 1998, Gloria Fuertes (Madrid, 1917) legó sus ahorros, cien millones de pesetas (algo más de 600.000 euros), a la Ciudad de los Muchachos, el hogar para niños situado en Leganés. Era todo un dineral para la época que dejó atónitos a esos amigos que a menudo le llevaban un lenguado y una botella de wiski para que ella no gastase». (Marian Benito en uppers).

Gloria Fuertes sonriente, con su casi siempre presente cigarrillo y corbata. (Imagen: por Pepe Franco, en Getty Images).

Despido aquí otra entrega de los Archivos culturales Vespa. No prometo más, todo dependerá de lo que me vaya encontrando sin indagar, ya que, aunque hace pocos años sí que busqué algunos asuntos para enriquecer la crónica de nuestra primera vespada propia, los sucesivos archivos se han cubierto de contenido sin búsquedas, simplemente rascando un poco en temas que me han ido llegando por casualidad, eso sí, estando atento. No debería sorprender, si tenemos en cuenta lo señalado al principio de este texto, que la Vespa ha alcanzado sobradamente la categoría de icono global. Y no solo por su diseño, sino por todos esos atributos que le otorga Tom Hanks, o por la practicidad cotidiana que le encontró Gloria Fuertes.

 

 

 

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